diumenge, 24 de febrer del 2008

Conspirar contra Espanya


(...) Me senté en una silla junto a Pascuala y entonces entró Anaconda en camisón y se sentó en la silla de la esquina. Pascuala había empezado a llorar y yo confiaba en poder contener mi pregunta que le obligara a hablar en ese estado. «Andan matando a la gente por ahí», dijo por fin entre ahogos. «Simón García y su hijo fueron sacados de su casa hace cuatro días por los falangistas. Hasta hoy. ¡Hasta hoy!» «Quizá sólo estén presos», dije. «¡No! Muertos, muertos! En esa casa llevan cuatro días sin salir de puro miedo. Vengo de allí y he visto el peor miedo en los ojos de las cuatro mujeres. ¡Y solas! ¡Y mudas, más muertas que vivas! Yo estaba en su cocina, pero ellas no me veían. Tuvo que ser la niña quien me contase que entraron los hombres y primero le ataron a Simón las manos a la espalda y luego a Antonio. La esposa abrazó a Simón y dijo “¿Por qué se lo llevan?, ¿qué ha hecho?”. “¡Conspiró contra España!”, le contestaron. “No hace otra cosa todo el día que trabajar de maestro.” Y ellos: “¿Le parece poco?”. (...)


La higuera
Ramiro Pinilla (Tusquets editores)
p. 31

Foto: Ramiro Pinilla