dilluns, 4 de maig del 2009

Creación de un Estado romano en la Comunitat Valenciana


A continuació una de les magnífiques històries de política ficció d'El Chino Muerto que agradarà sobremanera als meus estimats amics de tertúlia nocturna ocasional i casual del Jimmy Glass.


En el periodo posterior a la segunda guerra mundial aparecieron de repente en la ciudad de Valencia varios miles de pijos italianianos con pinta de imbécil, gafas que les tapaban media cara, y patillas afiladas, todos ellos vestidos con ropa particularmente hortera y que tenían como objetivo la creación de un Estado Romano en la Comunitat Valenciana.

Al principio a los valencianos tomaron el asunto como una simple broma macabra, pero la cosa se tornó en pesadilla cuando, para conseguir su perverso objetivo, los italianos lanzaron una ola de ataques terroristas en todo el territorio valenciano y expulsaron a cientos de miles de personas de sus casas a punta de pistola.

La creación de ese absurdo nuevo Estado Romano fue rechazada por prácticamente toda la comunidad internacional, pero contó con el apoyo de la mayoría de los gobiernos occidentales como Alemania, el peor país del mundo y sobretodo Estados Unidos.

La mayoría de los valencianos fueron expulsados de su tierra y obligados a vivir en pésimas condiciones higiénicas, hacinados en campos de refugiados en zonas semidesérticas de las provincias de Albacete, Cuenca, Murcia y el sur de Alicante o en bloques de edificios construidos deprisa y corriendo en los suburbios obreros de las capitales de esas provincias. Posteriormente los romanos les rodearon de muros, controles, asentamientos puestos de vigilancia y alambradas, negándoles cualquier posiblidad de llevar una vida digna.

Los romanos justificaban la creación de su Estado diciendo que la Comunitat era su nación según sus libros sagrados, que les había sido prometida por sus dioses desde hacía miles de años; para apoyar esa idea, citaron libros de autores romanos como Tácito, Cicerón y César en los que ya se afirmaba que la Comunitart formaba parte del Imperio Romano.

Aunque a algunos valencianos les fue permitido quedarse en la Comunitat, fueron siempre considerados ciudadanos de segunda con menos derechos que a los cientos de miles de habitantes del antiguo imperio romano a los que se les concedió la ciudadanía en el nuevo estado. Los romanos llenaron la Comunitat de templos dedicados a sus dioses paganos y sometieron a los cristianos valencianos que se quedaron a todo tipo de discriminación.

La mayoría de los valencianos que fueron obligados a huir de la Comunitat se convirtieron en ciudadanos pobres que vivían en campos de refugiados en condiciones precarias. Como no contaban con ejército alguno, apenas se defendían de las periódicas incursiones de los ataques del terrible ejército romano con cohetes caseros; los niños valencianos se dedicaban a lanzar piedras a los tanques que patrullaban por las calles de Almansa, Minglanilla, Yecla, Landete, etc., sembrando el terror entre los valencianos.

Muchos valencianos eran ateos, otros musulmanes y otros cristianos; pero los valencianos eran calificados en general por la prensa occidental como "fundamentalistas cristianos" y como terroristas. Al Estado Sionista Romano se lo consideraba un gobierno democrático pese a trarse de en realidad de una élite militarista y fascista que dominaba los medios de comunicación y que contaba con el apoyo y la ayuda militar de Estados Unidos.

Con la excusa del terrorismo, cada cierto tiempo los romanos realizaban incursiones en los territorios donde vivían los valencianos expulsados y masacraban y bombardeaban a los niños y los ancianos población utilizando para ello la más sofisticada tecnología bélica norteamericana.

Aunque casi todo el mundo criticaba esas incursiones, que vulneraban los derechos humanos y contrariaban las resoluciones de las Naciones Unidas; al final las declaraciones de los gobernantes europeos se quedaban en meras reprimendas verbales. Sólo el valiente Presidente de Venezuela se ganó el respeto de los valencianos convirtiéndose casi en un héroe con la decisión meramente simbólica de expulsar de su país al embajador del Estado Romano.

¿Permitirías la creación de un estado sionista en la Comunitat Valenciana?

Otras interesantes historias de políticica-ficción en este blog: