diumenge, 12 d’octubre del 2008

Golda Meir en Àfrica


A continuació uns quants parágrafs de l'autobiografia de Golda Meir titulada Mi Vida. El llibre resulta sumament interessant per ser l'autora l'única primera ministra israeliana civil i pel seu punt de vista amb unes dosis de cinisme impressionants. Els paràgrafs aquests relaten una reunió de Meir sent ministra d'Afers Exteriors d'Israel amb els representants dels països africans colonitzats. La intervenció del representant d'Argèlia és genial:

El comienzo de la conferencia estaba señalado para las cuatro de la tarde en el Hotel Ambassador, moderno hotel de Ghana, pero estaba convocada una reunión especial para las tres de la tarde y cuando entré con Padmore [George Padmore, ex comunista antillà] en la sala de conferencias unos sesenta hombres estaban ya esperándome sentados alrededor de una enorme mesa.

Era una confrontación dramática y curiosa. Nos encontrábamos en el primer país africano que obtenía la independencia (sin contar, naturalmente, Liberia y Etiopía). Yo, el ministro de Asuntos Exteriores de un Estado judío que sólo tenía diez años de edad y sesenta hombres cuyos países alcanzarían su libertad en el plazo de sólo dos o tres años. Todos habíamos sufrido mucho, todos habíamos luchado duramente por nuestra libertad; ellos, representando a millones y millones de personas aún no censadas, diseminadas por la inmensidad de África, y nosotros, en nuestro diminuto país que había sido golpeado y acosado durante tanto tiempo. Me pareció dicha tarde que era aquella una reunión verdaderamente histórica de la clase que quizás el propio Herlz había imaginado. Yo no podía identificar por su nombre a la mayoría de los africanos pero Padmore me dijo quiénes eran: los líderes de la Argelia en lucha, de todas las demás colonias francesas, de Tanganyka, de Rhodesia del Norte y del Sur. La atmósfera de la sala estaba muy cargada. Yo percibía la tensión y la suspicacia que flotaban en el ambiente, ninguna de las cuales fueron mitigadas por las palabras de apertura de Padmore. “He convocado esta reunión –dijo- para que puedan ustedes entrevistarse con el ministro de Asuntos Exteriores de un joven país que acaba de lograr su independencia y que ha realizado notables progresos en todos los campos del progreso humano”.

Reinó un incómodo silencio durante algunos segundos. Luego se pudo de pie el representante de Argelia. Con voz helada formuló la más provocativa –y relevante- de todas las preguntas posibles. “Señora Meir –dijo-, su país está siendo armado por Francia, el enemigo fundamental de todos cuantos se sientan en torno a esta mesa, un gobierno que está librando una guerra brutal e implacable contra mi pueblo y que emplea el terror contra mis hermanos negros. ¿Cómo justifica usted sus estrechas relaciones con una potencia que es el principal enemigo de la autodeterminación del pueblo africano?”. Y se sentó. No me sentí en absoluto sorprendida por la pregunta, sólo con el hecho de que se abriera con ella la reunión. Yo había esperado más retórica y algo más de tiempo. Pero me alegré de que no fuéramos a perdernos en divagaciones y no necesité tiempo para prepararme.
Encendí un cigarrillo y volví a pasear la vista por la mesa. Después respondí a la pregunta".

Mi vida
Golda Meir
Plaza y Janés (1986)
(p. 278-279)

1 comentari:

Anònim ha dit...

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