dissabte, 21 de març del 2009
Berlin Noir
Al dispararse la pistola Jesse Owens se lanzó con una buena salida, y en los primeros treinta metros fue impulsándose sin esfuerzo hasta tomar una clara delantera. En el asiento de mi lado la matrona estaba en pie de nuevo. Se había equivocado, pensé, al describir a Owens como una gacela. Al observar como el negro, alto y grácil, aceleraba por la pista, conviertiendo en objeto de mofa todas las estúpidas teorías de la superioridad aria, pensé que no era nada más que un hombre, para el cual todos los demás hombres resultan una molesta incomodidad. Correr como él corría era el significado de la tierra, y si alguna vez existía una raza superior, con seguridad no iba a excluir a alguien como Jesse Owens
Violetas de Marzo
Phillip Kerr
p. 294
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1 comentari:
He arribat a casa sense son i dic...mira tu anem a xafadejar per aqui...interessant, deixem-o aqui. Ja ens diem alguna cosa! Per cert un repte...ara hauràs de superar l'stand bye!
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